El objetivo de la fertirrigación es un mayor rendimiento de los cultivos y una reducción en los costes de explotación y aplicación de fertilizantes mediante el control de las características químicas de la solución de riego.
El control de la aplicación de productos fertilizantes permite optimizar las concentraciones y relaciones entre nutrientes, aportando soluciones equilibradas.
Permite establecer un nivel de pH determinado que aumentará la eficiencia del sistema, favoreciendo la asimilación de los nutrientes, impidiendo la precipitación de fertilizantes o sales disueltas en el agua de riego y ayudando a la conservación del sistema de riego.
Una automatización del control de la fertilización y la correcta selección de los equipos a utilizar nos asegura una total uniformidad en esta operación, ya que las características químicas, la proporcionalidad de los productos o la acidez, no se verán alteradas por diferencias en los caudales de los diferentes sectores de riego o aquellas causadas por la heterogeneidad en el agua.